La tecnología no es neutral, es construcción social
Entrevista a las compañeras y compañeros del colectivo Sursiendo.
Es América Latina, el territorio de las luchas y las resistencias. Desde los maestros en Oaxaca, hasta los hermanos Mapuches en la Patagonia, pasando por los mineros en Bolivia y los estudiantes en Chile; La región de “Las Venas Abiertas”, tal como la define Eduardo Galeano (1971), tiene en su esencia la rebeldía propia forjada durante siglos de opresión y despojo.
Al sur de la frontera, vivimos en un sistema repleto de desigualdades, por lo que no es raro toparse a cada trecho del camino con grupos activistas más o menos organizados que buscan, por los medios a su alcance, generar conciencia política en su comunidad. Pintar consignas en las paredes, empapelar una ciudad con afiches, difundir su mensaje en panfletos que se repartían por las calles, organizar movilizaciones, etc. Todo sirve para transformar la realidad.
En este sentido, el entorno digital, no puede desaprovecharse. El Hacktivismo es usar todas las posibilidades que brindan la informática para reivindicar luchas históricas, como la libertad de expresión, derechos humanos, libre información, descolonización tecnológica, cultura libre, ética, etc.
Pero el hacktivismo no es solo ataques de denegación de servicio, parodias de sitios web, sabotajes y desarrollo de software. El hacktivismo va mucho más allá y no se agota solo en lo antes nombrado. Tiene que ver con una forma de apropiarse de la tecnología y utilizarla a favor de la transformación social. El hacktivista no necesariamente es un programador o ingeniero en sistemas, puede ser un periodista, una abogada, una maestra o un obrero. El hacktivista es una persona sumamente preocupada por las desigualdades del mundo y que ocasionalmente utiliza el entorno digital para difundir su mensaje. Pero también puede organizarse en grupos y activar encuentros, talleres de formación o producir conocimiento sobre el tema.
Se hace necesario entonces, que en ésta América forjada a desigualdades y resistencias, que los grupos hacktivistas se interrelacionen entre sí y cobre notoriedad su trabajo. Al respecto, entrevistamos a las compañeras y los compañeros de “SurSiendo”, para conocer, aunque sea un poco, su historia, sus realidades y desafíos.
- ¿Qué es Sursiendo? ¿Por qué surgió?
Somos un colectivo con base en Chiapas, México, que trabajamos temas sociales relacionados con las tecnologías digitales, pero también los bienes comunes en sentido amplio. Nos conformamos en 2010 porque queríamos establecer puentes entre las distintas luchas por los bienes comunes. Venimos desde distintos ámbitos, como el arte y la cultura, el activismo, la comunicación, etc. y pensábamos, y pensamos, que la perspectiva de la comunalidad ayuda a tener una visión más global de lo que significa el capitalismo para nuestras vidas y nuestras prácticas y por tanto ayuda a tramar redes por otras formas de construir sociedad.
- ¿Qué entienden por Bienes comunes?
En relación a los bienes comunes, en Sursiendo estamos en debate permanente, nos gusta pensar los bienes comunes más allá de los “recursos” en sí, y pensar en la comunalidad, en las relaciones sociales y políticas que genera el bien común. El bien común, como se ha venido definiendo, consta de tres patas: el bien en sí mismo, la comunidad que se beneficia de él o lo defiende y la forma democrática de gestionarlo.
- Desde su visión, y entendiendo a la tecnología como bien común ¿Puede hablarse de bienes comunes digitales?
Pensamos que sí se puede hablar de comunes digitales, en cuanto que lo que se transmite por las redes físicas es conocimiento. Aún así, es importante tener en cuenta que esas redes físicas son privadas. Es por eso que la apuesta también debe ser por generar cada vez más infraestructuras libres. Otro problema es que mucho de ese contenido está siendo cada vez más privativo o más privatizado, de ahí que haya conflictos porque sea común. Es una disputa, que parte de la base de que la tecnología no es neutral, es construcción social.
- ¿Cómo relacionan el hacking con la participación social?
Desde Sursiendo vemos el hacking no sólo relacionado con el mundo tecnológico. Para nosotras y nosotros, hackear es investigar, abrir, mostrar y cambiar algo, usarlo para otros fines para los que en principio fue “determinado”. Esto puede ser una obra de arte, una plaza, un proceso social, un dispositivo tecnológico… De ahí que se relacione con lo social e incluso nuestros propios cuerpos y géneros, porque hackear lleva consigo el compartir y aprender colaborativamente.
- ¿Qué es la tecnopolítica para Sursiendo?
Según la definición ya famosa de Toret se entiende como tecnopolítica el uso estratégico de herramientas digitales (comunidades e identidades colectivas online) para la organización, la comunicación y la acción política; multitudes que son capaces de crear una identidad colectiva (más o menos distribuida) que se automodula sin un centro rector. También hay otras definiciones desde América Latina, que le atribuyen un sentido más de emancipación y soberanía a través de las tecnologías.
- ¿Cómo se se diferencia con la política tradicional?
La diferencia con la “política tradicional” pensamos que no sólo está en las herramientas tecnológicas, sino en cómo se produce el proceso, más abierto y participativo, en red, rompiendo con identidades fuertes y estáticas para ser más inclusivo.
- ¿Creen que los movimientos sociales deben sumar la discusión de las tecnologías, la cultura y el software libre a sus estructuras?
Como Sursiendo formamos parte de movimientos sociales, por lo que pensamos que sí; y una de nuestras tareas es plantear ese debate en organizaciones y movimientos, porque la tecnología digital es una herramienta normalmente construida lejos, no es neutral, y si queremos apropiarnos de ella, ya que cada vez está más presente en nuestras vidas, debemos mirarla críticamente, conocer su estructura, alcance e implicancias en el uso y saber para qué y cómo utilizarla según cada contexto. Puede ser una herramienta que se vuelva en contra de los movimientos, para el control social, la vigilancia, la represión, etc. Entonces debemos estar al pendiente y generar estos debate que están muchas veces invisibilizados o rezagados porque las urgencias en la defensa de derechos territoriales y humanos son otras. Todo ello está relacionado con el software libre, la cultura libre, etc. como bienes comunes a defender y crear. Por seguridad, pero sobre todo por crear colaborativamente y apoyar a quienes lo hacen, frente a las tecnologías que son cerradas y uniformizan hay que usar y fomentar lo social hacia lo abierto, participativo, crítico.