¡Cuidado con el chupadatos! Está más cerca de lo que piensas…
Los dispositivos tecnológicos son bonitos, gentiles; que nos hacen compañía, nos hacen sentir atractivos, amparados y apasionamos por ellos. Depositamos en ellos toda nuestra confianza, desde los gestos más cotidianos hasta los secretos más íntimos. Ellos son nuestros objetos de deseo y sueños de consumo. Hasta el día en que nos damos cuenta de que controlan lo que hacemos, monitorean con quiénes nos encontramos y comparten nuestra intimidad con gente que no tiene nada que ver con eso.
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Chupadatos: el lado oscuro de nuestras mascotas tecnológicas
Por Natasha Felizi e Joana Varon
La especificidad de ese sistema es que nosotros y nuestras tecnologías favoritas estamos constantemente trabajando gratis para construir perfiles cada vez más detallados. Esos perfiles se explotan para diversos fines, que van desde marketing a análisis científicos, previsión de crímenes e identificación de comportamiento sospechoso. Decisiones tomadas a partir de perfiles generados por datos ya empezaron a determinar, de manera simplista y dudosa, quiénes somos, qué contenidos veremos o dejaremos de ver, qué tipo de productos se nos ofrecerán; a qué información política debemos o no tener acceso; qué podemos o no podemos decir, mostrar o ver; qué fronteras podemos cruzar. Más que eso, pueden determinar quiénes son las personas más propensas a cometer crímenes, a cometer violaciones de contratos de alquiler, a contraer deudas o a tener ciertos tipos de enfermedades o comportamientos contra algún tipo de orden establecido.
A pesar de que son muy detallados, esos perfiles creados por datos son susceptibles a errores de cálculo o a interpretaciones tendenciosas. Las tecnologías buscan resolver problemas, pero la formulación del problema y de las soluciones depende de quien las desarrolla. Ellas pueden reproducir las visiones políticas y sociales de sus creadores y colaborar para acentuar las mismas injusticias que ya conocíamos antes, como discriminación racial, de clase y de género. Bajo el dominio del Chupadatos, las desigualdades tienden a ser cada vez más legitimadas, ya que promueve la creencia engañosa de que los datos y los algoritmos producen análisis objetivos, neutros y verdaderos.
Para enfrentar la cara oculta de nuestras tecnologías favoritas, reunimos aquí historias sobre cómo los mecanismos de vigilancia están al servicio de los Chupadatos y han sido utilizados por nosotros mismos, por gobiernos y por empresas para monitorear personas en el ámbito de las ciudades, las casas, los bolsillos y los cuerpos. Leer completo